Estimados padres de las escuelas públicas de NYC…..
Estimados padres de las escuelas públicas de NYC:
Somos los padres de dos niños que asisten a dos escuelas elementales en Manhattan. Hasta el presente, hemos estado muy satisfechos con la educación que nuestros hijos han recibido en las escuelas públicas de NY. Sus directores y maestros, sin excepción, han demostrado ser profesionales inteligentes con un conocimiento amplio sobre la formación y el futuro de nuestros hijos.
Sin embargo, hasta el momento, nuestra experiencia con nuestros hijos en el tercer grado nos ha convencido que las pruebas estandarizadas que han llegado a dominar nuestras escuelas, perjudican severamente el trabajo diario de los maestros.
Los maestros se han visto forzados a rebajar mucho su nivel de enseñanza para preparar esas pruebas, sacrificando el valioso tiempo de las actividades escolares, para acomodar un sin fin de exámenes.
Incluso antes de que se hicieran públicas la evaluaciones de los maestros, lo cual ha supuesto el éxodo de buenos maestros, nosotros llegamos a la conclusión de que el énfasis exagerado en estas pruebas subestima seriamente la calidad de la educación pública.
Consecuentemente, vamos a boicotear las pruebas estandarizadas estatales de nuestros niños indefinidamente, con la meta de restaurar el control de la educación a quienes realmente comprenden cómo los niños aprenden: los padres y los maestros.
Si les interesa unirse a nuestro grupo o simplemente compartir sus impresiones, por favor comuníquense con nosotros por medio del correo electrónico al final de esta carta, o si prefieren, pueden encontrar más información y recursos en:changethestakes.org.
Aquí presentamos cinco razones básicas para apoyar nuestra decisión:
1. Los exámenes “atontan” las escuelas: Dedicando demasiado tiempo a las pruebas estandarizadas, dejamos de enseñar otras materias, como estudios sociales, arte, ciencia, y educación física, además de limitar las maneras de enseñar las materias básicas de lectura y matemáticas. (Si quiere más información sobre esta opinión visite esta página web:http://www.nytimes.com/schoolbook/2012/01/20/dear-governor-lobby-to-save-a-love-of-reading).
2. Los exámenes causan una ansiedad innecesaria en los niños: La preparación para las pruebas estandarizadas incluye muchas sesiones fuera del horario escolar, al igual que varias sesiones en los fines de semana, e innumerables pruebas programadas a través del año, como la prueba oficial en sí (seis días de pruebas en el tercer grado, y más días en grados más altos). Todo ello es extremadamente estresante para un estudiante joven que se ve obligado a soportar tal presión. Es especialmente arduo para los estudiantes de educación especial, el arreglo “perverso” de “acomodar” a estos estudiantes, dándoles más tiempo para completar las pruebas.
Y para agregar sal a la herida, este año el tiempo de las pruebas se ha extendido para que nuestros hijos sean sujetos a preguntas experimentales (llamadas type questions) que serán usadas en exámenes futuros, como si fuesen conejillos de Indias.
3. Las calificaciones de las pruebas las usan para evaluar a los maestros: El resultado del uso de las pruebas estandarizadas como criterio para evaluar la efectividad de los maestros se presta para que muchos maestros no quieran enseñar en escuelas en las que los estudiantes necesiten más ayuda o no hablan el idioma. Los maestros muchas veces no pueden mejorar las calificaciones de los estudiantes porque están luchando contra factores fuera de su control, y por eso no es justo que sean castigados usando los resultados de las pruebas como un reflejo determinante de su trabajo.
4. Pruebas de esta magnitud obligan a maestros a adoptar malas prácticas de enseñanza: Las consecuencias desastrosas para maestros que no siguen las guías de estas pruebas no les permiten hacer el trabajo para el cual se formaron: educar a nuestros hijos basándose en su mayor juicio profesional. Los maestros que tienen que mejorar constantemente los resultados (las notas o grados) de estas pruebas, a cualquier costo, no tienen ni el tiempo ni la libertad intelectual para cumplir con su trabajo apropiadamente, y por ende, la educación de nuestros hijos sufre.
5. Las pruebas estandarizadas son un gasto de dinero público:Estamos en un momento en que debemos ser astutos con nuestros recursos, un momento cuando la economía del país no está bien, cuando no hay trabajos, cuando las cosas cuestan más, no tiene sentido que nuestro sistema de educación pública gaste estos recursos, que deberían ser usados para agregarle valor a la experiencia educativa del estudiante, en pruebas innecesarias. Muchas de las escuelas privadas y escuelas de élite donde nuestros políticos envían a sus hijos no usan estas pruebas. Debemos de dejar de mantener el negocio de los exámenes y en vez de ello usar nuestros recursos para contratar y mantener maestros, crear, reformar y reparar las escuelas y ofrecer programas de ciencias naturales, estudios sociales, arte y música en todas las escuelas públicas de la Ciudad.
No podemos permitir que nuestros hijos sean utilizados como herramientas en la aplicación de leyes injustas y políticas que son destructivas. Ellos serán educados en escuelas públicas y NO tomarán las pruebas estandarizadas del estado.
No fue fácil tomar esta decisión. Hemos considerado el argumento central para estas pruebas, de que son herramientas esenciales para evaluar el desempeño de los estudiantes y los maestros, y las rechazamos.
Si estas pruebas son necesarias, entonces ¿por qué en países avanzados en la educación, como en Finlandia, los estudiantes no toman exámenes? Allí destacan más la colaboración en vez de la competencia. Lo cierto es que la enseñanza es una actividad muy compleja para ser evaluada por los modelos numéricos, y es por eso que los costosos sistemas de evaluación basados en resultados de las pruebas siguen fallando. Los maestros saben cómo evaluar el progreso de los niños, y los directores, maestros compañeros y padres de familia saben cómo evaluar a los maestros, mediante la observación directa de su trabajo.
Nos han advertido que si no dejamos que nuestros hijos tomen las pruebas, habrá consecuencias muy graves, como por ejemplo que a nuestros hijos no se les permitirá avanzar al siguiente grado, o peor aún, sus escuelas y los maestros serán sancionados por la ausencia del estudiante pues esto se refleja en las evaluaciones de los maestros y el grado de la escuela. Se nos ha dicho que con nuestro acto de “desobediencia social” el Estado podría causar daño a otros. Es por este peligro real y verdadero que muchos padres, quienes también están en contra de las pruebas, han tomado la decisión de solicitar, por medios legales, el derecho de optar por no tomar las pruebas, en vez de boicotearlas. (Si desea más información sobre esta opción visite la página web:changethestakes.org). Sin embargo, nos negamos a ser intimidados por las amenazas que provienen del Departamento de Educación para someter a nuestros hijos a estas prácticas que consideramos poco éticas y perjudiciales para nuestros hijos, y retaremos cualquier acción de parte del Departamento de Educación de castigar a nuestros hijos o a sus maravillosos maestros por causa de nuestra decisión.
Gracias por leer esta carta y, por favor, comuníquese con nosotros para compartir sus ideas acerca de cómo los padres pueden desempeñar un papel destacado en la restauración de la educación pública en nuestra ciudad.
Sinceramente,
Jeff Nichols y Anne Stone
jnichols.and.astone@gmail.com